sábado, 1 de septiembre de 2012

31 de agosto 2012, Noche Mágica


Los aspectos femeninos de la Luna Mágica y Misteriosa siempre fueron venerados por las diferentes culturas, como representación de "La Diosa".

Para los Celtas era, Arianrhod, la de la Rueda de Plata, asociada a la Vía Láctea y madre de los mellizos Dylan y Lugh, análogos a los griegos Artemisa y Apolo.

Artemisa, fue también la Luna, Madre de todas las criaturas vivientes, en tiempos anteriores al panteón de los dioses olímpicos.

La Luna fue venerada como Isis en Egipto; como Ix-Chel en Mesoamérica; como Mama-Quilla por los Quechuas en nuestro continente; como  Xang 'O y Kwan Yin en China.


También fue Fátima, conocida como hija de Mahoma, por la religión mahometana. Fue la diosa Al- Lat, uno de los aspectos de Manat, la Triple Luna, poder que al romperse el equilibrio de géneros, fue transferido a manos del nuevo dios de los patriarcas, bautizado como Alá.

Sin embargo, nunca pudo romperse la relación de la Luna con las características más elevadas de la femineidad Divina de la Madre, los poderes magnéticos de la Luna rigen sobre las aguas de nuestro planeta y los ciclos menstruales femeninos, así como el cuerpo emocional de todo ser vivo.

La Luna siempre estará ligada a la mujer: abuela, madre, hermana, hija, amante... evocando el misterio, la belleza, la sensualidad y delicadeza del polo creativo, fuente de inspiración estética y armónica del arte y expresión de la magia de las noches de amor y entrega que rompen la obscuridad para generar Luz.

Las noches de Luna Llena, representan el Amor Infinito de los Vientres Cósmicos, generadores de Vida y alimento, listos para entregar su plenitud a sus hij@s y seres amados.

El Poder Creativo de la Luna y las energías femeninas se unen para materializar los deseos relativos al amor, superación y evolución de quienes perciben estas noches mágicas y en sagrado éxtasis admiran la belleza de la naturaleza y sus diferentes expresiones de AMOR.

La Luna une a través de sus ciclos y los ciclos femeninos el tiempo terrestre con el tiempo Divino, no fue otro el motivo por el que las primeras en medir el paso del tiempo, fueran nuestras antepasadas, tiempo que marca un ritmo perfecto para iniciar o finalizar actividades y que hoy marca inexorablemente el retorno o nacimiento de la Diosa.

Mar.